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miércoles, 3 de octubre de 2012

Tres vinos diferentes

Desde hace un tiempo andaba esperando el vino que forme el trío para esta entrada y hace poco lo encontré. El último de estos tres.




Meteorito Cabernet 



     To infinity and beyond!  (¡Al infinito y más allá!)
                                                                                                               Buzz Lightyear 




A inicio de este año leía asombrado el lanzamiento del “Cabernet Meteorito” y la frase: “Trae a la tierra el sabor del universo”; no me digan que el eslogan no pega. El gestor de esta empresa es el enólogo británico –y aficionado a la astronomía-  Ian Hutcheon, director del Centro Astronómico Tagua Tagua y propietario de la Viña Tremonte, quien dejó por doce meses de crianza un pedazo de meteorito caído en Atacama, en el norte chileno, en el año cuatro mil a.C. en vino cabernet sauvignon. Según declaraciones recogidas por Emol meses atrás: “Al probar este vino estás degustando elementos de los orígenes del Sistema Solar”, declara Hutcheon, probablemente con un brillo estelar en los ojos. El caldo cósmico se puede adquirir en el mismo observatorio de Tagua Tagua, a una hora de Santiago. 



Así informó la cadena Band aquí en Brasil al respecto: 








Nero Gold



El oro es como las mujeres, que todos dicen mal de ellas y todos las desean.
                                                                                                                 Lope de Vega 




Ya había leído sobre productos de belleza donde el “polvo de oro” es uno de los componentes. También es sabido el uso del oro en la medicina, incluso desde niño aprendemos sobre la cultura Paracas (700 a.C. – 200 d.C.) quienes utilizaban el oro en sus famosas trepanaciones craneanas, pero hasta ahora no sabía acerca del oro comestible, pero éste no es el único, navegando por internet se encuentran otros vinos espumantes con esta misma característica: 

- Amber Rouge 

- Golden Bubbles 

- Gold Cuvée 

Pero ahora Sudamérica tiene representante: Nero Gold. 


En abril del presente año se lanzó en São Paulo dicho vino espumante trabajado 100% con la cepa chardonnay y que tiene como característica 25 miligramos de oro de 23 kilates por botella. El Director Administrativo de la Domno do Brasil, Jones Valduga declara: “Es un espumante destinado a quien nació para brillar”; hasta ahora vamos bien de frases. 

Es normal ver este espumante en las diferentes vinotecas de Curitiba, su precio fluctúa entre los RS 90 y RS 110 (US$ 45 y US$ 55) y la publicidad está dirigida particularmente a eventos como matrimonios.

La ficha técnica del vino la pueden visualizar aquí



Si algún probable lector cultiva el fetiche de la urolagnia –coloquialmente conocido como “Lluvia dorada”- aquí tiene algunas opciones ideales para brindar en la previa de sus sesiones amatorias. 

Un video instructivo acerca del oro comestible, y no sobre la urolagnia.:







Aviva




Leí acerca de este vino espumante español en la entrada “Vino de fuego”  publicada en Vinarquía hace poco. 

La bodega valenciana Bodegas Torre Oria creó Vintes que es la encargada de lanzar hace poco al mercado español e internacional –exportan a doce países- el espumante “Aviva” en tres variedades: Gold, Platinum y Pink Gold, que tienen la particularidad de asemejar al fuego cuando agitas la botella. Ése es un punto de vista, muy respetado por cierto; en comentarios vertidos en el blog argentino dejaron: “parece suavizante de ropa”; “asemeja esmalte de uñas”, ambos muy válidos también. No hay nadie en el mundo que lo haga”, declara Víctor Linares, Director General de Vintes-Torres Oria, y le creemos. 


Apelan a lo lúdico, y, aunque soy consciente de que con cualquier espumante, cava o champagne hay la opción de “jugar” a agitar la botella haciendo que el corcho salga disparado y mojando a los presentes en alguna ceremonia u ocasión especial, soy de los que piensan que generalmente al vino hay que cuidarlo de movimientos bruscos hasta llegado el momento del descorche. Aquí desde la publicidad hasta el Director General de la bodega agitan la botella, la giran una y otra vez -sin ningún respeto por el vino, aunque suene cursi- y claro, el efecto visual es el diferencial que ofrecen. 


Mis respetos por el marketing desarrollado y sorna aparte : 

¿Mi estómago girará como el vino en la botella?  

¿El oro es digerido o absorvido por el cuerpo?  ¿El oro altera en algo a la bebida? 

En el caso del meteorito, en la misma nota periodística de Emol aparece que además del vino también producen un agua ardiente, y confirman que la bebida queda negra al contacto con la piedra: ¿esto puede producir algún transtorno en el organismo después de beberlo? 

Estando estos tres juntos me animaría a probar el espumante español; después de saber qué pasa al ingerir el oro en láminas me animaría a probar el espumante brazuca; ya el vino cósmico...., acabo de descubrir que no soy tan aventurero como pensaba.  



¿Cuál(es) bebería usted? ¿Por cuál(es) pagaría para beber?

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