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viernes, 23 de abril de 2010

Tacama Selección Especial 2008




Viña Tacama S.A. 

Tacama Selección Especial 2008 
Tannat 65%, Petit Verdot 35%; 
14% Grad. Alc. 
La Tinguiña, Ica, Perú.

Como peruano es obvio que ya probé vinos de mi país, pero de esto hace ya muchos años. En aquel tiempo lo hacía de manera inadecuada, sin prestarle la debida atención, o incluso, por ignorancia, refrigerándolo: terrible error, y aún así recuerdo - debo confesar - haber gustado lo probado. Y es por eso que ahora, cuando alguien me pregunta el clásico: “¿Existen vinos peruanos?, ¿Y cómo son?”, no sé responder la segunda interrogante. En el último viaje al Perú ya contábamos con 2 botellas de Pisco Demonio de los Andes – de Viña Tacama también - en la maleta, debidamente protegidas, y no queríamos traer de esa manera (con los movimientos que sufre el equipaje durante el viaje) un vino. Así que, pasado todos los controles del aeropuerto nos hicimos de éste vino en el Duty Free del Aeropuerto Internacional Jorge Chavez, previo al embarque.

Las reacciones anoche ante esta bebida fueron diferentes, y es justo que señale esto, ya que, no quiero sesgar lo que sentí por el vino en sí por el hecho de ser un producto de mi país, y es que, para volver a beber un vino peruano va a pasar mucho tiempo, pues son casi imposibles encontrarlos en el extranjero.
Aquí tengo el papel con lo que C percibió, y adjunto lo que yo percibí:

A la vista:

C: Vinho cor bordô, mais escuro, e não parece ser encorpado.
 M: es obscuro, no tiene reflejos, parece de cuerpo mediano, y no forma ninguna lágrima en las paredes de las copas.

En la nariz:

C: frutas vermelhas bem marcado: framboesas e no fundo algo de morango. Tem também um pouco de madeira.
 M: luego de escucharle aquello yo estaba observándola con detenimiento y gracia: ¿Cómo encontró todo eso? Mi primera sensación es de alcohol, es muy suave pero lo suficiente para eclipsar otras cosas. Pasado un tiempo en la copa esa sensación desaparece, y tan sólo encuentro algo de fresa (morango) en el fondo.
Al probarlo:

Hasta aquí ella no había reparado de qué cepas era el vino por estar atenta en lo que cocinaba: a ella no le agrada mucho la cepa tannat, aunque el último Giménez Méndez Premium Tannat le encantó.

C: é suave, muito suave, é seco, não é ruim mas tampouco é bom, não tem sabor a nada: é insípido.
M: deja una suave sensación de amargor que debe ser del tannat, esta se aloja en la parte superior de la boca, pero, cuando debería asentarse y esta sensación crecer, de pronto desaparece. No es potente. La sensación de alcohol sólo se siente si lo bebes ni bien lo serviste. Al dejarlo poco menos de media hora en la copa no se percibe en lo absoluto. Su acidez es equilibrada. Hay una sensación de sequedad que no es fuerte pero está. El sabor no me remonta a nada. Aquella sensación de leve amargor es agradable, pero lamentablemente efímera.

Los porcentajes utilizados de cada cepa no son indicados en las etiquetas. Estos aparecen en la página web de Viña Tacama:

www.tacama.com

En Perú encontré varios vinos sólo de esta viña, además de los vinos de las bodegas “Santiago Queirolo” y “Ocucaje”, que dejó una gran curiosidad por probarlos ahora.

Nunca habíamos probado (quizá antes, sin darme cuenta, no sé) la cepa Petit Verdot, esta vez ensamblada con el tannat.

C: “sabe quando tem pouca expectativa por um vinho, e depois de experimentar, essa sensação foi menor ainda?: isso é o que percebi desse vinho.”

Yo no lo encontré desagradable, pero no es un gran vino, y está lejos de ser memorable. Si esta sensación tánica hubiese sido duradera hubiese sido mejor, para mí. Quizá el porcentaje del Petit Verdot haya influenciado en “equilibrar”- malograr, para mí - esa tanicidad. Aquella leve sensación de sequedad quizá signifique que la travesía haya afectado al vino, no sé. Hubiese sido bueno comprar dos en lugares diferentes, o mejor, beberlo allá para ahorrarle el viaje.

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